PADILLA.- Lejos de las caravanas y grandes festejos del Día del Niño, Juan, Jesús, Yesenia y Eslendy pasaron un día como cualquier otro, sin regalos y con la incertidumbre de no saber si comerán hoy por pertenecer a una de las 15 mil familias de pobreza extrema en Victoria.
Así es la capital tamaulipeca, una ciudad de contrastes en el que a menos 15 kilómetros de un colegio en el que hijos de empresarios y funcionarios festejaron en sus carros del año, 4 niños durmieron mal por proteger de la lluvia su techumbre sin paredes y con solo unas cobijas viejas.
A pesar de esto los niños son felices, jugando unos con otros en el lecho del rio cercano a la colonia las Vegas, en donde sus padres Juan Jesús y Beatriz construyeron con pedazos de madera lo que sería su hogar, cerca de la maleza y los mosquitos.
El caso de los Padilla ha circulado en las redes sociales desde días pasados, gracias a Gloria, una persona de buen corazón que supo de ellos y les auxilió, además buscó el compartir su historia para que llegara a más victorenses.
“Somos de Victoria pero no tenemos donde vivir, por eso desde hace mes y medio llegamos y nos prestaron este terreno en donde mi papa construyó una casa de capote y nosotros al lado hicimos un techo sin lamina pegada, nada mas sobrepuesta”.
Es por esto que poco a poco la ayuda ha estado llegando, señaló el padre de familia quien mostraba como le hicieron llegar una pequeña despensa y ropa para sus hijos.
Jesús agradece los buenos actos de la población, sin embargo señala que hay días que no tiene para comer y debido a la lluvia de la madrugada del jueves la madera con que cocinaba se mojó.
“Quisiera si pueden nos regalaran ropita para mis hijos, también un poco de material para cerrar la techumbre y que no se meta el agua o el viento cuando llueva fuerte” señaló el padre de familia.
La condición en que viven es lamentable, a pocos metros del rio, con un techo hecho de madera, sin muros que los proteja ni electricidad, incluso el baño es un lujo que no se pueden dar, ya que tuvieron que construir una letrina oculta con sabanas viejas.
Sus hijos de 1, 2, 8 y 9 años también necesitan de ayuda, ya que los menores usan pañales los cuales muchas veces no tienen para comprar.
Respecto a trabajo Jesús señaló que tras darse a conocer su historia, un carpintero lo invitó a trabajar en su taller, algo que agradece enormemente, sin embargo reconoce que el sueldo no le alcanza para mantener a su familia.
“No hay dinero para festejos, pero mi patrón me dio descanso por ser día del niño para pasarlo con mis hijos y mi esposa”.
Lamentablemente por su condición económica la familia no cuenta con un celular, ni forma rápida de ser contactados, más que visitarlos en su modesta casa, para lo cual también es una proeza el dar con ella, ya que ni google maps reconoce el terreno.
“Si nos pueden ayudar con un poco de material para hacer una casita, o ropa y comida para mis hijos, la verdad se los agradecería mucho”.
Si gusta llevar un poco de ayuda puede dirigirse hacia el sur por la calle que pasa detrás del zoológico de Tamatan, al llegar al puente de las Vegas se cruza este hasta subir una cuadra, una vez ahí gire a la derecha y recorra la terracería hasta llegar al lecho del rio, una vez en el rio podrá apreciar la choza de madera.