VICTORIA.- El victorense Isaias Salas Morales está a punto de celebrar sus primeros 26 años como sacerdote y con orgullo relata grandes pasajes de su vida.
Son las cinco de la mañana del miércoles e Isaias abre los ojos, casi inmediatamente comienza su primera tarea del día, “Enviamos oraciones a muchos contactos, después tomamos agua, ponemos el café y a las 5:30 me tomo el café caminando al exterior del Santuario, todavía está oscuro”.
A las 6:50 en punto, se dirige a la sacristía para prepararse y celebrar la primera misa, “Eso es todos los días, esa misa ya la preparé desde un día antes”.
“Yo no le llamo trabajo, es mi vocación, es parte de mi vida, es un servicio, un dar, un compartir, el trabajo es una obligación, esto es vocación, Dios me llama a un servicio y trato de hacerlo”.
Recordó que “Yo creo firmemente que la vocación, religiosamente hablando, es un llamado, llama Dios. Yo tuve ese llamado, habría mucho que decir, pero yo descubrí por diferentes circunstancias que el llamado Dios me lo estaba haciendo, para que llevara una vida sacerdotal”.
El nacido el primero de Noviembre de 1968, reconoce que no tuvo proceso vocacional, pero participó un tiempo en el coro y en el ministerio de liturgia.
Cuando estudiaba en la Preparatoria Federalizada Uno, “Tenía dos compañeros muy apegados a la Iglesia y al escucharlos, me gustaba lo que decían, además conocí a un matrimonio dirigente de misiones y ahí comenzó todo, tuve experiencias de retiros espirituales donde se hablaba del sacerdocio y poco a poco fui entendiendo que era por ahí”.
Isaias comenzó a destacar en el seminario y terminó estudiando en la mejor escuela que un sacerdote pueda tener, “Dios puso los medios y desde muy joven me mandaron a Roma, Italia, fue en 1990, nos fuimos a estudiar teología y filosofía para sacerdocio, al llegar allá había temores e incertidumbres…”.
“…Te encuentras con obstáculos gigantes que crees que no vas a superar, para mi fue la cultura occidental, el grado de educación muy fuerte, el sistema educativo muy elevado, los idiomas, el latín, italiano e inglés, aparte hacia mucho frío, el trabajo, éramos muy jóvenes y la responsabilidad muy grande, no podíamos…”.
“…Muchas veces dije ‘no más’, lloraba y más, recuerdo perfectamente que en el seminario me encontraba llorando a un compañero, me decía que no podía, yo me hacía fuerte, pero andaba igual. Muchas veces me cuestionaba si en verdad era para esto”.
NACIÓ EL DÍA DE SU ORDENACIÓN CON JUAN PABLO SEGUNDO
Esas dudas que aparecían en su juventud, se fueron derrumbando, sobre todo con las enseñanzas y ejemplos de personas que tuvo muy cerca.
“No puedo dejar de hablar de la figura de Juan Pablo II, es mi referencia en la tierra, desde que estaba en el seminario y leí su historia, me identifiqué mucho con él, mi sueño siempre fue ir al Vaticano y conocerlo”.
Después de siete años de estudios en Roma, llegó el momento clave, el 22 de Noviembre de 1997, “Fue mi ordenación sacerdotal, ahí estuve cara a cara con el Papa Juan Pablo II”.
“Es difícil explicar esto, yo tuve un director espiritual italiano, el Padre Atilio y antes de la ordenacion me dijo que llegó el momento y que cuando estuviera en la ordenación postrado le dijera a Dios lo que yo quisiera, por que ahí dejaré el pasado y al levantarme iniciaría el presente y futuro, fue en la Basílica Santa María la mayor, todo fue hermoso y junto a Juan Pablo II, yo podría considerar que ese día, el 22 de Noviembre de 1997 nací y comenzó mi historia”.
“…luego pasamos a la capilla privada del Vaticano donde éramos nada más el rector y los padres recién ordenados, éramos 30 personas, siempre tuvimos acceso al Papa, era alguien muy especial”, comparte con emoción.
ISAIAS SALAS Y SUS IGLESIAS
Luego del gran aprendizaje que obtuvo durante casi una década en Roma, volvió a Tamaulipas para emprender grandes retos, el primero, en la “Parroquia de Santo Domingo de Guzmán” en el pueblo de Hidalgo, donde ejerció durante siete años.
Posteriormente el Obispo Antonio González le encomendó la parroquia de “El Buen Pastor” en Victoria, donde dio cátedra con sus homilías durante ocho años y medio.
El siguiente punto, sería cumplir un sueño, pues se le encomendaría El “Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe”, emblemático e histórico lugar de la capital tamaulipeca, en donde está por cumplir cinco años.
EL SANTUARIO VIVIRÁ UNA GRAN FIESTA
Desde hace unas semanas el padre Isaias y su equipo, se encuentran preparando la fiesta para la Virgen que se realiza cada 12 de Diciembre, un evento al que acuden miles de personas.
“Estará en grande, haremos los 46 rosarios a la Virgen en cada sector, vendrán unos conferencistas extraordinarios de Monterrey el sábado 28 de octubre”.
“Esto nos lleva a valorar a nuestra madre, las peregrinaciones ya se están agendando, las capillas preparándose, ya estamos con todo, esperamos la celebración por que nos lleva a una renovación, a un compromiso de estar bien”.
EN VICTORIA LA GENTE ES BUENA
El Padre Isaias, se abre y confiesa que “La experiencia que yo he tenido desde el 22 de noviembre de 1999, ha habido muchas tentaciones, cómo humano que soy, pero debo ser muy honesto con Dios y han sido 300 veces más las muestras de amor de Dios, solo le puedo decir gracias y siempre volvería a decirle a Dios que sí”.
Finalmente, sobre su querida Victoria, expuso que “Quiero ser muy honesto, la gente nativa sigue siendo buena, es gente amable, hospitalaria, en esencia si, pero ha llegado mucha gente, que no son gente mala, pero trae otras costumbres, pero la esencia del victorense es que sigue siendo amable, es gente buena, sigue siendo una ciudad limpia y amable, pero pudiera ser mejor”.
POR DANIEL RÍOS
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