REYNOSA, TAMAULIPAS.- Habitantes de Reynosa tuvieron una madrugada y un despertar muy violento, luego de diversos enfrentamientos a balazos, y el derribo de videocámaras de seguridad del C5i, en diversas zonas de la fronteriza.
Pasadas las 2:30 de la madrugada de este sábado 24 de febrero, se desataron diversos enfrentamientos entre grupos rivales del crimen organizado en diversas zonas de la carretera Reynosa – Río Bravo.
Los enfrentamientos iniciaron en el ejido El Guerreño, y se extendieron a La Nopalera, y otras áreas aledañas al puente internacional Reynosa-Pharr, situación de violencia que se prolongó por más de 45 minutos.
De allí en adelante, los enfrentamientos se dieron de manera intermitente en las mismas zonas, y pasadas las 7:00 de la mañana se registraron balaceras en diversas colonias aledañas a la carretera Reynosa-Monterrey.
La Vocería de Seguridad Tamaulipas, informó que durante la situación de riesgo de esta mañana, los civiles armados vandalizaron por lo menos tres postes de cámaras de videovigilancia en distintas colonias en Reynosa.
Los delincuentes utilizaron, un camión de transporte público y un tractocamión para derribar los postes con las cámaras del C5i, en las colonias Granjas, Esfuerzo Nacional y Bugambilias.
Usuarios de redes sociales subieron un video donde se ve a un camión de transporte público industrial ‘Senda Citi’, derribar un poste con cámara de videovigilancia que estaba instalado en la carretera Reynosa – Monterrey a la altura de Bugambilias.
En otras zonas, los civiles armados dispararon contra las videocámaras, por lo que tuvo que entrar en acción la Guardia Estatal para recobrar la tranquilidad en dichas zonas.
La Vocería de Seguridad Tamaulipas, reveló que tras los hechos de inseguridad se logró asegurar un tractocamión involucrado.
Sin embargo, las autoridades de justicia no han confirmado si durante el derribo de videocámaras se logró la captura de los delincuentes, y tampoco han informado sobre los enfrentamientos registrados en la zona limítrofe entre Reynosa y Río Bravo.
Por Julio Manuel Loya Guzmán.