CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- La sequía meteorológica continúa afectando gran parte de la República Mexicana, siendo la región noreste, donde se encuentra Tamaulipas, de las más afectadas por la falta de lluvias que acaben con esta problemática.
Lo anterior se verifica con el último reporte del Monitor de Sequía en México, donde se detalla cómo es casi el 50 por ciento de los municipios que conforman a nuestro estado se encuentran con sequía extrema.
Los datos publicados por la Comisión Nacional del Agua a través del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) exponen que 20 localidades tamaulipecas están en una intensidad de sequía D-3, la cual es extrema de acuerdo a sus mediciones.
Dichos 20 municipios equivalen al 30.3 por ciento del territorio que se encuentra en dicho estado de estiaje que es crítico.
Y aunque se espera que en próximas semanas se generen periodos lluviosos que ayuden a combatir esta problemática, la situación volvería a ser la misma al llegar verano, que es la estación más seca del año y con intensas temperaturas que agravarían más la situación.
Así mismo poco falta para llegar a sequía excepcional y a como los modelos meteorológicos se están registrando desde el 2016 en adelante, esto pudiera cumplirse muy posiblemente este año.
La sequía excepcional o D-4 es la intensidad máxima o más crítica según las autoridades federales, misma que no se ha registrado en Tamaulipas pero que conforme pasa el tiempo y la meteorología siga castigadora, se haría realidad.
La sequía meteorológica hace referencia a la falta de lluvias, lo que desencadena un problema de estiaje que afecta todos los rubros para el desarrollo humano, pues los mantos acuíferos, presas, ríos y lagunas cada vez se secan más y esto repercute en la falta de agua de consumo humano, para el sector agrícola, el industrial y más.
Desde la parte sur de San Fernando y recorriendo hacia el sur por toda la costa hasta llegar a Tampico, se encuentran esas localidades en D3, situación nunca antes vista y que generará más restricciones en el uso debido del líquido almacenado en embalses y lagunas.
Por Antonio H. Mandujano
Expreso-La Razón
