MADERO, TAMAULIPAS.- ¿Y el playazo? ¿Qué le pasó?
En 1993 los jóvenes estudiantes universitarios acudían a celebrar el último viernes de clases con un proyecto de limpieza en la playa Miramar, en Ciudad Madero.
Edgar Rodríguez, recuerda que el fenómeno del playazo tiene su origen en la celebración de un evento denominado “Mi Playa Limpia” que organizaba la administración de la ciudad.
“Era el proyecto de Mi Playa Limpia e invitaban a las universidades y prepas, cbtis, nos llevaban a limpiar la playa. Nadie iba preparado, íbamos con uniformes, después ya que cada escuela terminaba, había compañeros que compraban cerveza y ahí se quedaban. La primera vez fue muy sencilla”.
Entre 1993 y 1995 se registró esta actividad que fue cada vez transformándose en lo que hoy conocemos como “El playazo”.
En el evento de limpieza participaban cada vez más las universidades y preparatorias de la zona sur de Tamaulipas.
“La segunda vez aunque de uniforme, llevaban bermudas abajo, se juntaba toda la banda al final, los que llevaban carros ponían sus sonidos ahí en donde esta ahora los hoteles y se armaba la fiesta, puros chavos de la onda”.
Y agregó: “Al siguiente año, la banda se adelantó con hieleras. Nos asignaban por sectores, del malecón para acá se da tal escuela. y al final se reunían, sí pero ahora sí a convivir. Primero fue entre Playa Paraíso y Las Sirenas (entrada Obregón) y ya después toda la playa”.
Años después, desde una noche anterior acudían a bordo de autos y camionetas para disponer de un lugar en donde estacionarse y participar.
“Nos íbamos desde una noche antes, unos se quedaban ahí para que no se perdiera el lugar y estar al otro día y ya se había hecho como tradicional irse a la playa, porque ya se había suspendido lo de limpiar y eso. Ya era pura fiesta de los jóvenes”.
En los años 80s los jóvenes “locochones” se reunían en las inmediaciones de la casa verde en playa Miramar.
Sin llegar a ser más de 200, en el encuentro se disponía de cerveza, música en vivo y era lo más parecido a una fiesta disco.
Aunque muchos, aseguran que estos son el origen del playazo, disocia con el fenómeno porque lejos de congregar multitudes, más bien reunía a los que se les llamaba entonces “chavos bien” o de la onda.
El MÁS CAÓTICO
En el año del 2004 revela que asistieron más de 200 mil personas y 35 mil unidades motrices, de acuerdo con las cifras del Ayuntamiento de Madero.
La playa fue “cerrada” poco después de las 10 de la noche.
Durante la madrugada, la fiesta de los jóvenes fue auspiciada por la presentación de bandas de rock, regional mexicano y música electrónica (new wave) en varios stands instalados en la playa.
Los poco más de 100 elementos y 12 patrullas, que participaron en labores de vigilancia fueron superados por más de 36 peleas campales, 189 personas detenidas por faltas, riñas y alterar el orden y la paz pública.
EL ÚLTIMO PLAYAZO
El último año en el que los jóvenes se congregaron para divertirse sin mayores problemas fue en el 2008.
Las cifras así lo revelan: 80 mil visitantes, 6 lesionados, 20 riñas y 82 detenidos.
La noche del viernes 14 de marzo fue la última que se recuerda una asistencia en la que se conjugaron un excelente clima y un buen ambiente.
La noche ideal para decirle adiós a un fenómeno que traía de “cabeza” a todos los representantes de la comunidad.
En el 2009 se contabilizaron 67 mil paseantes, 79 detenidos, 6 peleas campales y una imagen que reflejó la crisis de inseguridad que afectaba a los habitantes de todo el país por la comisión de delitos de alto impacto.
El evento del playazo fue suspendido completamente por el tema de la inseguridad que prevalecía en el 2010.
En 2011, el conteo arrojó 20 mil jóvenes, 9 detenidos y una pelea entre dos mujeres .
En 2016 la transición generacional fue suficiente para que los jóvenes “millennials” no recibieron la “estafeta” para adoptar como propio la reunión de jóvenes en la zona costera.
Años antes, la crisis de inseguridad fue suficiente para que el miedo generado entre los padres de familia frenan la movilización de muchachos.
La postura de las organizaciones religiosas, las asociaciones de padres de familia y el enorme despliegue de elementos de seguridad son situaciones que se encuentran en el pasado.
Actualmente, para el próximo 22 de marzo del 2024 se espera que nuevamente la nostalgia lleve a playa Miramar a los “chavorucos” para que -como en años anteriores- salgan a salvar el playazo.
Por. José Luis Rodríguez