Fue en el 2010 la visita del Papa León XIV a Victoria: Padre Chava

Victoria

CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Mucho antes de que el mundo lo conociera como el papa León XIV, Robert Francis Prevost visitó Ciudad Victoria en calidad de Prior General de la Orden de San Agustín.

Fue en 2010, en una de las etapas más críticas que vivía México por la violencia, y justo después del paso del huracán Alex, cuando el entonces superior mundial de los agustinos hizo escala en la capital de Tamaulipas, en una visita que marcó profundamente a la comunidad religiosa local.

El padre Salvador Paniagua Baeza, párroco de la iglesia de San Agustín, platicó con Expreso a través de una llamada telefónica para dar detalle de esa visita qué se ha convertido en un importante pasaje de la historia del catolicismo católica en el centro del Estado.

Y en esta charla informativa, aclaró qué no fue en el 2012 cuando Francis Prevost estuvo en la perla tamaulipeca, así también, que la fotografía qué circula en redes sociales no fue tomada en ninguna parte de Tamaulipas, sino en Italia, en un evento de formación donde acudieron padres Agustinos.

En la amena entrevista, se le cuestionó más sobre lo vivido en aquel año.

Y el sacerdote recuerda con claridad muchos detalles de aquel encuentro qué hasta hace días, solo era un momento más de muchos qué tomo la debida importancia después de que el Vaticano anunciará con humo blanco la elección del papá.

“Él tenía la encomienda de visitar al menos una vez en su mandato a todas las comunidades agustinas del mundo».

«En su segundo periodo como Prior General, cargo que ocupó de 2001 a 2013, nos tocó recibirlo en Ciudad Victoria, antes de la fiesta de San Agustín, es decir, antes de agosto”, rememora el sacerdote.

La visita de Prevost se enmarcó en un recorrido por las zonas norte y centro del país, donde se encuentran varias comunidades agustinas: Monterrey, Tampico, San Luis Potosí y Ciudad Victoria.

Por cuestiones logísticas y de ubicación estratégica, la reunión regional se llevó a cabo en la parroquia victorense de San Agustín, siendo entonces la diócesis capitalina quien recibió al hoy líder mundial de la iglesia católica.

Durante su estancia, el entonces Prior General sostuvo una reunión comunitaria con los frailes de la región, en la que se abordaron temas pastorales, comunitarios y espirituales.

Más tarde, abrió un espacio para el diálogo personal y fraterno con cada uno de los religiosos que deseaban conversar con él.

“Escuchaba con mucha atención, con gran cercanía, siempre dispuesto al diálogo”, destaca el padre Paniagua.

Después del encuentro formal, se ofreció una comida sencilla pero simbólica, de acuerdo a laa raíces del entonces general de los Agustinos: carne, pasta, ensalada y café.

Así también, hizo sazonar su plato con algo de salsa picante, «aunque no mucha», recuerda Paniagua Baeza, detallando también que degusto la comida con tortilla de maíz.

“Él es originario de Chicago y sabíamos de sus costumbres, así que cuidamos que la comida fuera del agrado. También probó tortilla, un poco de salsa, aunque con precaución, y aceptó con gusto lo que se le ofreció”,

“Era muy sencillo. Incluso en otras ocasiones lo vi levantarse él mismo para servirse, muy cercano siempre”.

El padre Paniagua no recuerda con certeza si la Eucaristía se celebró en San Agustín o en San José, pero asegura que sí hubo misa, posiblemente por la tarde de su llegada.

Al día siguiente, después del desayuno, Prevost partió hacia otra comunidad para continuar con su visita canónica.

El contexto de aquella visita no fue menor.

En 2010, Tamaulipas vivía uno de los años más difíciles por la violencia derivada del crimen organizado, y el paso del huracán Alex apenas semanas antes había dejado afectaciones importantes en la región.

“La presencia del padre Robert fue como un bálsamo en medio del caos. Su cercanía, su testimonio, su sencillez, dejaron una profunda huella en todos nosotros”, afirma Paniagua.

Años después, ya fuera del cargo como superior de la orden, Robert Francis Prevost fue nombrado obispo de Chiclayo, en Perú.

Posteriormente, el papa Francisco lo llamó al Vaticano para encabezar un dicasterio y lo elevó al cardenalato.

En 2025, el mundo lo conoció como el nuevo papa, bajo el nombre de León XIV.

“Volví a encontrarme con él en Roma, en Casia, durante un curso para formadores. Seguía siendo el mismo: amable, sencillo, cercano. Nos saludamos con gusto, como hermanos. Para mí y para muchos, su visita a Ciudad Victoria fue providencial”, concluye el padre Salvador Paniagua.

Hoy, al recordar aquel día, la comunidad agustina en Ciudad Victoria se enorgullece de haber recibido al hombre que años después se convertiría en el sucesor de Pedro. Una historia que entrelaza lo local con lo universal, lo humano con lo divino.

Por. Antonio H. Mandujano