TAMPICO, TAMAULIPAS.- Una experiencia única es la que viven los turistas que recorren la Laguna del Carpintero en busca del avistamiento nocturno y sigiloso de cocodrilos.
Este nuevo atractivo turístico implementado para el periodo vacacional de verano, ha causado alta demanda en los turistas.
Desde las 8:00 de la noche comienzan a llegar para esperar ingresar al pontón que está asignado para el recorrido.
Sin embargo, los visitantes pueden disfrutar de las bondades que ofrece la Laguna del Carpintero, desde degustar una nieve hasta comprar algún souvenir.
La cita para ingresar al pontón es 8:30, cada sábado. La misión de los turistas es clara: ver cocodrilos.
La guía turística explica las condiciones del agua y cómo se pueden observar los saurios mientras sostiene una lámpara.
«Cuando vean brilloso, se darán cuenta que son los ojos de un cocodrilo», explicó.
Y es que, en medio de la oscuridad, ver algo brilloso era una ilusión a observar un cocodrilo.
Dos ojos mirando fijamente hasta que la luz los nuble visiblemente, es lo que se podía ver mientras la guía explicaba las características de estos reptiles.
En un recorrido con duración a más de una hora, los turistas observan más de 10 veces a los saurios más jóvenes en este manto acuífero.
Lucía Rangel, Residente de Ciénega de Flores comentó que a pesar de visitar en pocas ocasiones el municipio de Tampico es una bonita experiencia.
«Está padre, es muy interesante es bonito conocer el hábitat de estos animales y convivir con el medio ambiente también».
Acompañada de sus padres e hijo, reconoció que Tampico es una ciudad con muchos atractivos turísticos, pero el recorrido nocturno era algo único.
Su hijo, presenció el avistamiento de los saurios y quedó encantando con la experiencia.
«Pues le gusta, es interesante también para él, el venir y conocer todo».
En dicho recorrido, pasan cada cierto tiempo dos personas al frente para recibir una explicación y ver a los saurios.
El costo del boleto es de 350 pesos por persona. Los infantes a partir de los 8 años de edad podrán vivir esta travesía que una vez porten el chaleco salvavidas pueden navegar.
Por. Javier Cortés