Familia Urbina pide ayuda urgente para gastos funerarios y atención médica; 4 de sus integrantes han fallecido

Victoria

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- La tragedia golpeó de forma devastadora a la familia Urbina, luego de un fatal accidente vial ocurrido en el kilómetro 89 de la carretera Victoria–Zaragoza, entronque con Matamoros, que ya ha cobrado la vida de cuatro de sus integrantes.

De acuerdo a informó de familiares, Adán hoy estaría cumpliendo años, y su hijo estaría siendo bautizado en los próximos días. A la tragedia se le suma el deceso de la joven madre de familia.

En el lugar del accidente perdieron la vida Adán y Elian. Al día siguiente, Mari falleció a consecuencia de las graves lesiones sufridas, y la noche del lunes se confirmó el deceso de América, quien permanecía hospitalizada.

La familia, de escasos recursos, enfrenta ahora no solo el dolor de la pérdida, sino también el enorme reto de cubrir los gastos funerarios y la atención médica de los menores que sobrevivieron.

Algunos de ellos permanecen hospitalizados en estado crítico: uno está intubado; una niña se encuentra a la espera de una amputación de brazo y pierna; otro menor presenta fracturas en la cabeza, y uno más se mantiene estable, pero bajo valoración médica.

Ante esta situación, la familia solicita el apoyo solidario de la comunidad victorense y de todo Tamaulipas. También piden la intervención de personas o autoridades que puedan gestionar facilidades o la condonación de gastos en el velatorio San José, dado que la tragedia los tomó por sorpresa y no cuentan con recursos suficientes.

Quienes deseen contribuir pueden hacerlo mediante la siguiente cuenta bancaria: BBVA, número de tarjeta 1520 3291 74, a nombre de Evangelina Urbina Acuña. Cada aportación, por pequeña que parezca, es un rayo de esperanza para sobrellevar estos momentos tan difíciles.

La familia agradece de antemano cualquier gesto de apoyo, ya sea económico o en especie, y pide que el mensaje sea compartido para llegar a más personas. Hoy, ellos nos necesitan; mañana, podría ser cualquiera de nosotros.

Por Jesús Berlanga / Raúl López García